Arquitectos
Ubicación
Chillepin, Salamanca, Región de Coquimbo, ChileArquitecto a Cargo
Cristián Bravo-ArayaColaborador
Biserka VelosoÁrea
3315.0 m2Año Proyecto
2014Fotografías
Cristián Bravo-Araya
Constructor
Ignacio Silva MundyMandante
Margot Williams TorricoArea por refugio
50m2
El encargo para CCH consistía en el diseño de un complejo turístico sustentable aprovechando las redes de calentamiento solar de agua y tratamiento de desechos existentes, enfocado en la permacultura y que se integrara a un sistema preexistente de cultivo y cosecha de productos orgánicos, siendo los principales la miel multiflora y los arándanos.
El sitio se encuentra en la ladera de un cerro, cuyo uso previo era servir como acceso a los tres terrenos con los que limita, debido a que su frente es paralelo a la carretera principal que conecta la ciudad de Salamanca con el valle interior. En ese sentido, se pedía generar una comunidad íntima, propiciando la contemplación del valle que le rodea, y las actividades asociadas a los procesos de gestión orgánica en los terrenos del mandante.
El proyecto está compuesto por 7 refugios en torno a un eje de recorrido norte-sur descendente que remata en una Piscina y un parrón que alberga el Quincho y los servicios higiénicos hacia el sur. Los refugios se disponen en cuatro terrazas, aprovechando la pendiente natural de la ladera y tomando la huella de una quebrada como orientación de los recorridos principales y de las intervenciones sobre el paisaje mediante pircas de piedra, que articulan los distintos espacios y sus cualidades.
Para el paisajismo, se utilizan especies de flora nativa de abundante floración existentes en el terreno, reproducidas en los invernaderos del lugar, minimizando los gastos de mantención y transporte, integrándola al sistema de terrazas y a las actividades de apicultura orgánica presentes en el circuito.
Como estrategia constructiva, se propone cada volumen con un basamento semienterrado de piedra y envolvente de tierra cruda y madera como una manera de integrar el proyecto a los colores del paisaje en el que se encuentra, explorando distintas interpretaciones de la quincha tanto en los muros perimetrales como en la cubierta; aprovechando la inercia térmica de los materiales en conjunción con la orientación solar de los vanos y la dirección del viento como estrategias de diseño pasivo. Los recintos comunes se abren hacia el valle, enmarcando las vistas con un gran ventanal y una vista lejana de la línea de la cordillera a modo de lucarna, generando una ventilación natural entre ambas, dejando las habitaciones al cobijo del terreno en el que insertan.
Uno de los principales desafíos del proyecto, es el desarrollo técnico de una cubierta en tierra cruda que sea liviana, modular e impermeable; sin afectar la calidad térmica ni la expresión total de la envolvente. Para ello, se diseña un exoesqueleto de acero que le entrega solidaridad a la estructura y modula la cubierta a través de un sistema integrado de canaletas sobre el que descansan los bastidores de quincha prefabricados, rellenos con tierra alivianada e impermeabilizados con mezclas de arcillas y mucílagos naturales.